Messi y Neymar se llevan la mitad de los 'palos' del Atlético de Madrid
Prácticamente la mitad de las acciones antirreglamentarias que cometió el Atlético de Madrid en el partido de vuelta de la Supercopa fueron sobre Messi y Neymar
David Fernández Borbalán fue uno de los protagonistas del partido de vuelta de laSupercopa de España en el Camp Nou. El árbitro, junto con su equipo auxiliar, perdió tempranamente las riendas del encuentro y dejó en evidencia, otra vez más, la enorme cantidad de faltas que reciben, en cada partido y sin castigo, Leo Messi y Neymar.
El Atlético de Madrid cometió un total de 24 faltas durante los 90 minutos por las que solo vio una tarjeta amarilla (Koke) y una tarjeta roja por agresión (Filipe Luis). Paradójicamente, todas las otras llegaron como consecuencia de distitnas protestas. Juanfran se llevó una amarilla por cuestionar el penalti, Arda Turanfue expulsado cuando estaba en el banquillo yGabi también recibió una amarilla por discutir los criterios del colegiado. Paradójicamente, éste último, el capitán del conjunto colchonero, cometió, nada más y nada menos, que ocho faltas por las que, aplicando el debido criterio de reiteración, debería haber sido sancionado mucho antes.
El Barça, por su parte, cometió nueve faltas, en total una más que todas las que cometió Gabi, y vio, sorprendentemente, tres cartulinas amarillas: dos por protestar (Busquets, Cesc) y una por una acción antireglamentaria (Piqué).
MESSI Y NEYMAR, LOS DAMNIFICADOS
Entre el argentino y el brasileño recibieron 11 faltas de las 24 que cometió el Atlético de Madrid, prácticamente, la mitad de ellas. Ambos fueron constantemente vigilados de cerca por los rojiblancos que, incluso, emplearon modos poco futbolísticos para parar sus acometidas. Si a eso sumamos el sinfín de acciones que Borbalán decidió no juzgar y pasó por alto como el pisotón en la espalda de Godín a Alves o los continuos choques bruscos de la defensa rojiblanca, la cantidad de faltas hubiese sido muy superior. La actuación de Borbalán fue más que insuficiente y el criterio arbitral tuvo tintes muy dispares pero, finalmente, la Supercopa se quedó en Barcelona, a pesar de su recital.
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